Estar adecuados a la normativa de protección de datos supone resolver constantes dudas sobre el tratamiento de los datos en la actividad que se desarrolla, sus procedimientos, así como mantener actualizada toda la documentación relacionada.
Cualquier actividad puede sufrir cambios, bien sea por un crecimiento, nuevos servicios, sus procesos, su plantilla o en su equipamiento, lo que puede repercutir en el cumplimiento de la normativa.